Ahora nos enteramos que Cataluña está en la cola de Europa en el porcentaje de población con formación de grado medio. Un estudio del Observatorio de Pimec muestra que solo un 22,8% de la población activa catalana tiene este tipo de formación, en contraste con el 60% en Alemania, el 45% en Suecia o Finlandia, o el 40% en Holanda. El impacto de este dato con la realidad del elevado desempleo es directa: el 36,5% de los puestos de trabajo son acordes a esta formación, por lo que casi un 14% queda por cubrir.

¿Sorpresa? Pues no tanto, pues hace años que se advierte de este desequilibrio y, de hecho, está pendiente completar el despliegue de la ley catalana en ese campo. Los diputados catalanes no han tenido tiempo de meterse en un tema tan secundario, entretenidos como están en las cuestiones que realmente mejoran la vida de los catalanes, como por ejemplo las declaraciones de desobediencia que luego quedan en nada.

¿Alguna dimisión? ¿Algún reconocimiento de que no lo estamos haciendo bien? ¿Un plan de choque para corregir esta situación?

Ya pueden esperar sentados, que los fanáticos prusesistas que nos gobiernan no moverán un dedo; ellos a lo suyo, a seguir engañando a los catalanes con su cansina cantinela y a seguir chupando del bote.

Y si nos aprietan mucho diremos que la culpa es de Madrit y nos quedamos tan panchos.

Dolça i aturada Catalunya…