Basta ya de hablar de «encaje catalán»: quienes no encajan son los separatistas.

El nacionalismo ha construido su mundo a través de un lenguaje diseñado en los despachos de los ideólogos. Durante años ha dispuesto de un ejército de funcionarios y de 20.000€ millones para pensar y divulgar sus marcos mentales en los que quieren encerrarnos a todos. Llevan décadas poniéndonos unas gafas para que veamos el mundo con sus prejuicios. Pues todo esto se acabó.

Una de las letanías separatistas diu que els «catalans no trobem encaix a Espanya». ¿Qué quieren decir en realidad? Que todos los catalanes somos nacionalistas, que nos sentimos mal en «Espanya» porque ensvolenaixafar, que «Catalunya» es distinta de «Espanya», que somcollonuts y lo hemos intentado todo, y que no hay más remedio que separarse amigablemente. Así, con 6 palabras, nos estabulan a todos en ese terreno de juego nacionalista. Y muchos, aquí y en el resto de España, pican como primos y no paran de hablar del «encaje de Catalunya» en «Espanya».

Pues el Dolço de Bronce Nacho Martín Blando no pica. Admiren lo que dice en un artículo publicado en la Fundación para la Libertad:

«La solución a ese problema de encaje de los independentistas no pasa por que estos suplanten al conjunto de los catalanes en nombre de la patria, sino por que asuman que no tienen la suficiente fuerza para imponernos su voluntad a todos y cada uno de los demás catalanes y al conjunto de los españoles. Los catalanes no independentistas, señor Puigdemont, tampoco queremos ser encajados a la fuerza en esa Cataluña homogénea que nuestros paisanos independentistas trasueñan. Nadie quiere ser encajado por fuerza. Igualmente, compartimos con Puigdemont el deseo de mantener en la medida de lo posible una «relación normal» con todo el mundo, empezando por los catalanes independentistas. ¡No faltaba más! (…)

No están por la labor de asumir que Cataluña es tanto o más plural que España en su conjunto, por lo que no están legitimados para hablar en nombre de Cataluña; ni que en Cataluña no hay ni ha habido nunca una mayoría social a favor de la secesión; ni que en un Estado de Derecho un gobernante, por muy desencajado que se sienta, no puede emprender desde las instituciones un proceso de ruptura de la legalidad democrática.(…)

Lo que no se entiende es que, aun después de las últimas elecciones autonómicas y generales, los independentistas sigan actuando como si en Cataluña hubiera una mayoría social a favor de la secesión. (…) no es de recibo que quienes se jactan de ser independentistas de primera hora, como Junqueras o el propio Puigdemont, pretendan al mismo tiempo hacernos creer que llevan décadas intentando en balde que «la cosa» encaje, porque no han hecho otra cosa que intentar desencajar el puzle que entre todos hemos construido con mucho esfuerzo. (…)

Si no quieren encajar, que no encajen, pero que no intenten desencajarnos a los demás«.

El dolço Nacho sólo se equivoca en lo de que somos un puzle. No, no lo somos: somos una nación construida de forma natural durante siglos por la historia y la gente. No tenemos que encajar en ningún sitio, igual que un pino no tiene que encajar en un pinar. Los que tienen que encajar -si desean vivir felices y libres de ideología- son los nacionalistas; y no tienen que encajar en «Espanya», sino en Cataluña y en la realidad.

Dolça i desencaixada Catalunya…

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