Algunos no se resignan a que los políticos exhiban signos de confrontación en el espacio público.
Gracias de nuevo a los lectores que nos envían estos testimonios.
En Argentona juegan a ver quién puede más: si unos cuantos hartos de imposiciones, o el alcalde con el dinero de los ciudadanos vecinos, y el que recibe del Estado.
En septiembre de 2012 el municipio se declaró «territori català lliure», y plantó un mástil con la estelada a la entrada del pueblo. En junio del 2013, el mástil amaneció cortado. Un mes y medio después, el alcalde volvió a recurrir a las arcas públicas para replantar la bandera que divide al pueblo. Después alguien quemó la bandera. Y el pasado mes de octubre el mástil fue talado de nuevo.
Parece claro que el pueblo, más allá de los políticos de turno, está decidido a evitar la batasunización del espacio público de Argentona.
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