Pues el nacionalismo es una ideología.
El domingo 13 de octubre se celebró en Tarragona la beatificación de 522 mártires de la guerra civil. Varios cientos de ellos, catalanes. Religiosos que murieron asesinados por odio a la fe en una zona bajo gobierno de la Generalitat de ERC.
Durante la guerra civil el culto se prohibió en Cataluña; no se podía celebrar misa ni ritos cristianos. Sólo se toleraba una capilla en Barcelona, donde oficiaban sacerdotes vascos para afines al PNV. Prácticamente todas las iglesias fueron incendiadas, arrasadas, convertidas en cuarteles o establos. De manera que cuando a Companys le preguntó un periódico francés por el problema de la iglesia, éste contestó: no hay cuestión, la Iglesia ya no existe.
El cardenal Amato, prefecto de la Congregación para la Cusa de los Santos, citó en la homilía de la misa unas líneas del célebre sacerdote y diplomático italiano, Luigi Sturzo, publicadas en «El Matí» de Barcelona en diciembre de 1933: «las modernas ideologías son verdaderas religiones idolátricas, que exigen altares y víctimas».
Pues el nacionalismo es una ideología. O sea, según Sturzo y Amato, una religión idolátrica. Y suplantar a Dios por la nación, lo absoluto por lo relativo, al Creador por lo creado, es desequilibrante e irracional.
Y suele acabar mal.
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Si, el nacionalismo es una ideología … Pero el día 13, el obispo organizador, permitió ser fagocitado por el nazionalismo, e impuso a los presentes el no poderse expresar, ni tan siquiera el júbilo de tan magno acto. Lástima, necesitamos obispos valientes para tiempos revueltos … Y los tenemos?