La pregunta del millón de una catalana a la Generalitat

Encara hi ha seny a Catalunya.

Con motivo de la sentencia del TSJC que obliga a la Generalitat a respetar al menos un 25% de clases en español, el consejero de Educación y fanático nacionalista Josep González (sisplau, desobeeixi son pare al catalanitzador de cognoms), envió una carta a los directores de centros educativos conminándoles a que «no heu de fer cap canvi en els vostres projectes lingüístics per motiu de la sentència».

O sea, que se salten la ley.

Pero resulta que la Gene ens imposa anar amb una cartilla a la mà per revelar el nostre estat de salut als restaurants i gimnasos. Y los locales y los catalanes tienen que cumplir la orden de la Gene, claro. I així els pepets i maries que han decidit que es vacunen han de dir a la Gene a quin restaurant o cafeteria van i a quina hora, limitando su derecho a la intimidad. Y el resto ve limitado además su derecho a la movilidad y libre acceso. Y si no lo cumple, castigo. I ací no passa res, escolti.

I què passa? Lo dijo en prosa Jaime Balmes, el prodigio de Vich:

«La libertad es la sumisión de todos a la ley, inclusos los que mandan»Más claro: “La libertad no consiste ni en el tumulto de las calles, ni en la dictadura de un sable, sino en el imperio de la ley. (…) Desde el momento en que se comienza a infringir la ley, alegando necesidad o urgencia, o conveniencia pública, se entra de lleno en la arbitrariedad; y con la arbitrariedad se pueden hacer todas las revoluciones y reacciones imaginables (…) En ambos casos no es la ley quien gobierna, es la voluntad del hombre. La sociedad está en ambos casos entregada a un poder discrecional, arbitrario; al despotismo bajo diferentes formas, pero siempre al despotismo. (…) La infracción de las leyes cuando es cometida por el gobierno es todavía un escándalo mucho mayor que cuando las infringen las turbas. (…) Los gobiernos no faltan jamás al respeto debido a la ley, sin gravísimos males para la causa pública, sin mucho peligro para la conservación propia”.

Está claro, ¿verdad? Libertad = sumisión de todos la ley. Despotismo = infracción de las leyes según la voluntad del que manda.

Pase y escuche a esta catalana que ha mantingut la llibertat i el seny.

Dolça i tiranitzada Catalunya…



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13 comentarios

  1. A esta chica le mando un fuerte abrazo y se merece todo nuestro apoyo por decir tan claro lo que muchos pensamos cuando tenemos que sufrir a diario viendo las incongruencias de los mandamases de la Gene. ¡Gracias valiente!

  2. Eso si leyes hara la Generalitat para crear mas impuestos el ultimo y mas arbitrario por su desigualdad en toda ESPAÑA el del Co2. Los catalanes somos los mas pringados luego diran que España nos roba.

  3. Pero esa carta del conseller de Educación invitando a no cumplir la sentencia debe ser delito de desacato o algo parecido, ?no?

  4. Cataluña es campicha. La ley del.mas fuerte. El q le echa huevos, y le mete dos puñetazos a la autoridad se queda sin multa, el q se calla, se lleva una multa a casa.

  5. Lo único que les importa a esos es saber que tienen la sartén por el mango, porque cuentan con los votos de los locos y el apoyo del PSOE. Al final, lo de esta chica es el derecho al pataleo.
    Nos jugamos el Estado del Bienestar, la democracia misma, la pertenencia a la UE, pero la locura no tiene cura. Ni obispo, ni obispo ni cardenal.

  6. Hombre, pues ya puestos a incumplir leyes, no estaría mal que una buena parte de la ciudadanía nos opusíeramos a pagar impuestos para financiar partidos lazis y filoetarras, xenófobos y totalitarios por lo que tienen de excluyentes, que son una verdadera lacra para la convivencia y la armonía social.

  7. Con los problemas existentes en Cataluña a estas alturas de la película, soportemos medidas dictatoriales, donde se nos obligue a rotular un negocio en catalán, inglés o chino, pero no en Español. Hablar con nuestra familia y amigos solo en Catalán, y somos fascistas si utilizamos el Español. Y, llevar todos la bandera, calcomanía de la cubana, que dicen es la nacida de la nueva Cataluña, como que no tiene sentido. Que elementos con cargo en la Generalitat, incentivado a precio de oro, sin apenas sepan distinguirse la mano izquierda de la derecha, nos impongan estas cosas es que no se puede adjetivar. No hablemos de democracia en Cataluña.
    Los idiomas son vehículo para comunicarse los pueblos, las gentes e igual que hay variedad de coches para moverte, igual hay idiomas y hablas el que te es más fácil y que el receptor te comprenda, sin que un santón a lo rico epulón o el Honorable Delincuente, erigidos en profetas con argumentos ficticios a lo fabula del gran Samaniego.

  8. Desengañémonos, nos podremos lamentar más que Jeremias mientras los partidos «constitucionalis» vayan a la greña encastillados en su «taifa» esperando la paquita que cada mes les proporciona su cómodo sillón del «parlament» sin otro trabajo que soltar un brillante discurso de vez en cuando: «VOX clamantis in deserto»

  9. Brutal respuesta.
    Debería correr por todos sitios. Y no sólo para el pasaporte covid, sino para cualquier norma que imponga la Generalitat. Si ellos se saltan las sentencias del TSJC y las leyes, nosotros nos saltamos las suyas,..

  10. Cuando a alguien le quitan la autoestima, por pertenecer a otra región de la que es originario, en una patria común, y se la suplantan por una inventada, no puede reaccionar adecuadamente según el sentido común y lógica, porque su propia personalidad se la han falsificado. Y no es el único, miles de «charnegos» han creído. quizás porque los han bombardeado mediáticamente y socialmente, que han de renunciar a su cultura y el orgullo de sus orígenes para asumir aquello que les dicen que tienen que asumir, y estar agradecidos, de que han encontrado trabajo.

  11. ¡Ole tú! es la respuesta adecuada a esta señora, con más razón que un santo.

  12. Lo que, desgraciadamente, ocurre con el Govern de la Generalitat. O, mejor dicho, con los independentistas, ahora en el poder en la Generalitat es que, cuandu la ley va a su favor, ésta es «buena». Pero cuando una Sentencia Judicial estipula algo que no les gusta, ésta es «mala» y se la saltan a la torera. Un ejemplo clarpo es el del 25 por cientyo de castellano. Pero lo s independentistas también piden «la Luna» con las cuotas de catalán/euskera/gallego a plataformas de streaming que ni siquiera tienen su sede central en nuestro país. Lo peor es que lo usan como moneda de cambio.

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