Bona vesprada de Reis, dolços!

Així explicava en Chesterton, ateu convers, lo dels Reis Mags que arriben aquesta nit:

«Sigue siendo una historia extraña, aunque antigua, ver cómo salieron de las tierras de Oriente, coronados con la majestad de los reyes y ese cierto halo de misterio que envuelve a los magos. Un misterio que se trasluce incluso en sus melodiosos nombres: Melchor, Gaspar y Baltasar. Pero con ellos llegó todo ese mundo de sabiduría que había observado las estrellas en Caldea y el sol en Persia, y no nos equivocaremos si vemos en ellos la misma curiosidad que mueve a todos los sabios. (…) Eran los que no buscaban cuentos sino la verdad de las cosas (…) 

Los Magos, que representan el misticismo y la filosofía, se nos presentan buscando algo nuevo y encontrado algo inesperado (…) Los Sabios están buscando la sabiduría y necesitan también una luz para su intelecto. Y ésta es la luz: que el Credo católico es católico y ninguna otra cosa lo es. La filosofía de la Iglesia es universal. La filosofía de los filósofos no era universal. Si Platón, Pitágoras y Aristóteles se hubieran parado por un instante ante la luz que salía de aquella cueva, habrían sabido que su propia luz no era universal (…) Es la comprensión de esta verdad lo que da esa majestad y ese misterio tradicionales a las figuras de los tres Reyes: el descubrimiento de que la religión es más amplia que la filosofía, y de que esta religión es la más amplia de todas, contenida dentro de ese estrecho espacio (…)

Esta es la paradoja de todo el asunto: que de ahora en adelante lo más alto solo puede alcanzarse desde abajo. (…) Esta es la trinidad de verdades simbolizadas aquí por los tres arquetipos de la vieja historia de Navidad: los pastores, los reyes, y ese otro rey que acabó con los niños».

Buenos párrafos para reflexionar: la verdad que cambia una vida, la verdad frente a las ideologías y las comedias artificiales de filósofos e ideólogos, la verdad universal, la amplitud del cristianismo y la estrechez miserable de sus sucedáneos prefabricados. I la humilitat necessària, per on comença tot, per on s’arriba a la felicitat i la veritat, porque la verdad es un niñito en una cueva del extremo del mundo.

Ah, y «ese otro rey que acabó con los niños», esos reyezuelos que culicalientan los escaños y sus palacetes de Galapagar o Waterloo, los que han impedido nacer a 100.000 niños este año en España y los que llaman «libertad» a propinarles una «buena muerte» a los descartados, els que ens han posat en perill amb la seva incompetència durant la pandèmia amb resultat de 85.000 morts. Els esclaus de les ideologies, los que anteponen sus prejuicios mentales a la verdad y a la persona.

Bona nit de Reis, dolços! A dormir d’hora!

Dolça i vertadera Catalunya…

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Tags: G.K. Chesterton, Reyes Magos