La Nacional 260 se libera de propaganda lazi.
Així recull Antonio Careta i Vidal el Sonet a la presa de Bellaguarda, plaça del Roselló, publicat al seu Diccionari de Barbarismes el 1901:
“Vallespir, Rosselló, la Fransa entera
del valor espanyol lo excés admira,
ja espera resistir, ja desespera;
ja brama contra’l cel, pero delira;
que lo cel avuy vol que torne á Espanya
lo Roselló, Navarra y la Cerdanya”
Con el nacionalismo ha vuelto a la Cerdaña el mal francés (les ideologies de la revolució francesa, com ara el nacionalisme) contra el que lucharon nuestros bisabuelos ceretanos:
I és clar, molts ceretans han dit que la seva terra és Espanya com un pi és un arbre, y que ya basta:
Resistim, dolços. A la Cerdanya i on calgui, con pequeños actos de dignidad.
Dolça i digna Catalunya…
Categories: Resistiendo
ANIMO Y FORÇA a todos estos guerrilleros que luchan contra el fascismo separatista catalibán.
Somos más, somos mejores y más valientes. Ratafía? No gracies!
Y ahora conectamos en directo con el Parlament, para escuchar el último mensaje institucional del «president en funciones» el Peret Aragonés……que en el fondo, es de los nuestros, para hablar de las próximas medidas anti-covid de la Generalidad de Cataluña.
Jerome-I de Costa Brava
La Cerdaña mira con alegría a Llivia, porque para tristeza tiene a su vera el Roselló, el Conflent el Vallespir y un trozo de su corazón que la estupidez de unos catalanes exaltados al estilo de los actuales separratistas, regalaron estas zonas a un vecino francés que no desperdició para nada la ganga que le concedió la primera república catalana, que al servicio de Francia instauró el inefable Pau Clarís. Al final con tanto independentista suelto, convertirán Cataluña en tierra lista y dispuesta para cualquier réquiem.
La Cerdaña mira con alegría confundida a Llivia, porque para tristeza tiene a su vera el Roselló, el Conflent el Vallespir y un trozo de su corazón, que la estupidez de unos catalanes exaltados al estilo de los actuales separratistas, regalaron estas zonas a un vecino francés que no desperdició para nada la ganga que le concedió la primera república catalana, que al servicio de Francia instauró el inefable Pau Clarís. Al final con tanto independentista suelto, convertirán Cataluña en tierra lista y dispuesta para cualquier réquiem.