«Este 16 de julio pasado, el magistrado de la Audiencia Nacional, José de la Mata, ha hecho público el auto de procesamiento, por «organización criminal», de los 9 miembros de la familia Pujol y de 18 de sus colaboradores en los negocios corruptos que hicieron durante años. (…) 

Es la confirmación de todo lo que, junto con un puñado de periodistas (…) hemos explicado y denunciado de manera reiterada: que el supuesto ‘oasis catalán’ era, en realidad, una fétida alcantarilla enmascarada por la omertá mediática. 

Como periodista, yo empecé a descubrir muy pronto que el règim pujolista era un nido de corrupción. Concretamente, en el año 1981, cuando el Gobierno de la Generalitat concedió una larga lista de avales a empresas de dirigentes de CiU y a medios de comunicación (caso CARIC). Después vendrían el Lottogate, el caso Casinos, el caso Trabajo, el caso Prenafeta, el caso Cullell, el caso Jaume Roma, el caso Adigsa, el caso ITV, el caso ACM, el caso Palau, el caso 3%… y la traca final: el «tesoro» de toda esta rapiña sistemática que los Pujol escondieron en un enjambre de paraísos fiscales.

Si Cataluña fuera un país normal, esta «organización criminal» habría tenido que ser extirpada de la Generalitat en el año 1990, cuando Jaime Sentís, el director financiero de Inverama (Casinos de Cataluña), denunció el pago de más de 3.000 millones de pesetas de esta empresa de juego a CDC y a los medios de comunicación más afines al pujolismo (La Vanguardia, Avui, El Correo Catalán…). Estos pagos estaban relacionados con la adjudicación de las loterías de la Generalitat a la empresa Luditec SA, participada por Inverama (…)

Pero el caso Casinos, como pasó con la querella por la quiebra de Banca Catalana, quedó enterrado por la justicia. La misma justicia que ahora es el blanco de las críticas del independentismo fue instrumentalizada, durante muchos años, para tapar la corrupción pujolista. (…)

Yo creía que, después de la muerte de Franco, teníamos la oportunidad de construir un país moderno y ejemplar. Pero acabada la dictadura, de inmediato llegó la dictablanda de Jordi Pujol, marcada por la corrupción, la manipulación y la omertá mediática, que ha extendido su hegemonía hasta nuestros días (…)

Si se ha podido acabar con la mafia pujolista ha sido gracias al valiente testimonio de Victoria Álvarez, una mujer que se la ha jugado y que no ha tenido miedo de denunciar las travesuras de Jordi Pujol Ferrusola, «el capellà de la parròquia». También un reconocimiento a Montse Gassull, la exconcejala de ERC de Torredembarra, marginada por su partido, que dio el paso para denunciar la trama corrupta del 3%. Algún día estas 2 mujeres tendrán los honores públicos que merecen».

Corrupció, manipulació informativa, suborns mediàtics amb objectius polítics, expolio de lo público… Esto es lo que ha descubierto y probado el juez instructor, y puede leer aquí. Aquest és el balanç de 40 anys de Jordi Pujol, la persona que va donar ordre de desfermar el prusés i qui finalment va demanar en Puigdemont de fer la DUI, el cop d’estat del 2017. Líder de una «organización criminal» familiar (dice el juez). Corrupto, chorizo, evasor, ladrón y esterilizador de la convivencia, el patrimonio y la reputación de Cataluña. Pujols mai més, sisplau.

Dolça i corrupta Catalunya…