Un periodista català la clava.
Ho hem explicat moltes vegades amb el gran Ignasi Agustí: el problema del separatismo “no era un problema específicamente catalán, sino el reflejo de un problema español, intenso y deslumbrante”. Catalunya és la regió d’Espanya més espanyola. Aquí parece pasar todo antes que en el resto de la nación: operaciones masivas de propaganda, ideologización escolar, compra de medios, depuración de funcionarios libres de nacionalismo, discriminación de ciudadanos por motivos ideológicos, algaradas, rotura de la convivencia, quema de ciudades, fantochadas electorales, golpes de Estado… Y también resistencia ejemplar a todo lo anterior por parte de los sencillos.
Ahir n’Iñaki Ellakuría recordava a El Mundo que ja tenim ací «el prusés espanyol»:
«A Torra le dejan continuar con la tradición nacionalista de maltratar a Barcelona, única ciudad donde lo vecinos tienen prohibido desplazarse por la provincia. Este sometimiento fue determinante en el auge del procés. Una vez alcanzada en 2011 la alcaldía con Trias, la transformaron en plató de performances y algaradas amarillas. Un modelo que desea emular el Gobierno socialpodemita con Madrid, incómodo con la rebeldía capitalina, donde atisban un facha extractivo en cada balcón. De los ataques a Ayuso por repartir pizzas y llorar en una misa a los fallecidos han pasado a hablar de una España sin Madrid. (…)
La mímesis de Podemos con el separatismo catalán hasta asumir el infame ‘Madrid nos infecta’. No es de extrañar. Comparten su querencia por modelos totalitarios, un cómplice útil (Sánchez), un socio capitalista (Roures) y una misión: desmontar el orden constitucional del 78, dividiendo a la sociedad, dinamitando viejos consensos y toda pluralidad. Es el presente procés español. (…)
Detrás del ‘no’ eterno de De los Cobos, de la solidaria dimisión de Ceña (…) está nuestro último refugio y esperanza«.
Doncs sí. Que no perdem mai la decència.
Dolça i prusesada Espanya…
Categories: Dando el golpe
Llevan años intentando adoctrinar a la población. Ellos lo llaman liderar la concienciación social, el cambio social. Naturalmente hacia lo que ellos quieren y de paso acabar con la discrepancia, con el libre pensamiento y con la libertad en general en todo aquello que contravenga su voluntad o suponga cualquier obstácvlo para que ejerzan el poder absoluto. La mayoría son unos arribistas sinvergüenzas que están en política para hacerse de oro sin dar un palo al agua pero los peores no son ellos; son los de otras dos clases: la de los resentidos sociales que a pesar de no haber fracasado en la vida no soportan que a otros les vaya mejor, capaces de cortarse una mano si con eso consiguen que al objeto de su odio le corten las dos; y la de los salvadores del mundo que creen saber mucho mejor que nosotros que es lo que nos conviene. Después está el resto del rebaño, los que de buena fe se creen las milongas que les dicen y los que se limitan a seguir la moda o como se dice ahora, lo cool (no deja de tener su aquel que se pronuncie cvl, cvlo en catalán).
Sí, todo es como en el prusés. Por más que se empeñe el separatismo ni en eso hay «fet diferencial».
Las similitudes seguirán cuando también se juzgue a los responsables de lo que está ocurriendo hoy en España