Quina talla la d’aquest sant universal!

Ahir sant Joan Pau II va fer 100 anys, i ens ve de gust recordar la seva talla gegantina davant els nans que avui terregen per Catalunya. Por ejemplo Pujol relata en sus Memorias sus encuentros y opinión sobre San Juan Pablo II. Demuestran la capacidad de mortificación del gran santo polaco.

El primer encuentro de Pujol con el Papa parece que permitió a este último hacerse una idea clara sobre el “fet diferencial” del nacionalismo catalán:

“Daba y doy importancia a las raíces cristianas de Cataluña porque son uno de los componentes fundamentales de su realidad como pueblo. Fuimos recibidos, mi mujer y yo, por el Papa Juan Pablo II. Hubo el inconveniente de que nuestra visita fue precedida por la de un grupo muy numeroso de representantes del sindicato polaco Solidarnosc, con Lech Walesa al frente. En aquel momento el sindicato mantenía una lucha muy difícil y muy valiente contra el régimen comunista de Polonia. La visita de los sindicalistas llegados del país del Papa se alargó mucho. Mientras Marta y yo esperábamos, de la estancia papal nos llegaba la interpretación de canciones polacas. Aunque Juan Pablo II nos recibió atenta y afectuosamente, todo el rato me dio la sensación de que tenía la cabeza en Polonia. Después el Papa vendría a Montserrat en una visita que no fue bien”

Lo dice Pujol y lo hemos explicado aquí muchas veces: para el nacionalismo la religión sólo es importante mientras forme parte de la “realidad como pueblo” de Cataluña. Pujol no cuenta lo que le dijo al Papa en su audiencia pero podemos imaginarlo: “somunanació”, “encatalàsisplau” i “ensvolenaixafar”. Al buen Papa, que de joven se jugó de verdad la vida en la Polonia comunista, tras hablar y cantar con los de Walesa, gente valiente, oprimida de verdad, que arriesgaba por su libertad y encontraba en Dios su alegría y fortaleza, le debió sorprender el contraste con el victimismo mezquino del nacionalismo catalán.Y claro, no le agradó.

Veamos por qué “no fue bien” lo de Montserrat:

“Pocos días antes , el domingo día 7, había venido el Papa Juan Pablo II a Cataluña en un viaje sobre el cual yo había depositado esperanzas. Pensaba que el contacto directo ayudaría a hacer entender Cataluña a una personalidad de tanta significación espiritual, social y política. Pero el viaje coincidió con unas lluvias torrenciales y el Papa tuvo que llegar a Montserrat, punto central y simbólico de la visita, en coche en vez de en helicóptero y en medio de una niebla muy espesa. No vio nada. Por eso o por lo que fuera, tampoco entendió nada. Le saludé, le entregué unos obsequios y mi mujer y yo hablamos tres minutos. Cuando entrábamos en la basílica Marta, que ya me había acompañado a  Roma, se puso a llorar. Me dijo: “Aquest home no ens entén, aquest home no ens estima”

Ya lo ven: para Pujol el único objetivo era “hacer entender Cataluña” (la suya, la Cataluña nacionalista). Y la visita “no va anar bé” porque el Papa con mayor visión geopolítica de la segunda mitad el s.XX, el más informado, que había sufrido las ideologías en su carne, con una tremenda empatía por el sufrimiento ajeno, “no entendió nada” sobre el nacionalismo catalán. De nuevo el victimismo: “noensentenen”, “noensestimen”. ¿Entendran alguna vez que “Cataluña” no es su pequeña “Cataluña nacionalista” sino algo mucho más generoso, amplio y rico? ¿Estimaran algún día la Cataluña real y no la Cataluña de papel que ellos han inventado? ¿Entendió Marta Ferrusola que el Papa llegaba a Monserrat para rezar y confirmar en la fe a los católicos catalanes, y no para poner a la religión al servicio de su ideología política?

Y la reflexión final de Pujol sobre el nuevo santo:

“Semblava que la formació intel.lectual del Papa Joan Pau II hauria hagut d´afavorir que entengués Catalunya. El 2 de juny de 1980, molt poc després del meu accés a la presidència de la Generalitat, m´havia causat una gran alegria el discurs que havia pronunciat davant la Unesco. Les seves paraules sobre la llengua, la cultura i la nació encaixaven del tot amb el que nosaltres dèiem a Catalunya. M´hi vaig sentir molt identificat. Però les coses no van anar per aquest camí, en part per les febleses nostres esmentades i en part per la gradual evolució de la Conferència Episcopal Espanyola. I també perquè el Papa tenia el cap en un altre lloc. Fa la impressió que en el seu discurs a la Unesco i en altres semblants, el Papa només pensaba en Polònia o en algun altre país de fort sentiment nacional vinculat al catolicisme, com Lituània, Croàcia o Eslovènia. Per altra banda, sempre hi ha un fet de fons que pesa en la relació de Catalunya amb el Vaticà: als ulls de Roma, Espanya encara és “la católica España”, com França és “la fille aimée de l´Église”, mentre que Catalunya, amb el seu esperit independent, és una nosa”

Cal ésser imbècil, no els hi sembla? No, el Papa santo no tenía la cabeza en otro sitio: entendió perfectamente el nacionalismo catalán y no le gustó. Entendió bien que lo que Pujol llama “l´esperit independent” de Cataluña es un invento basado en sentimientos negativos como la exclusión (unpaisunallengua), el egoísmo (espanyansroba), el victimismo (noensentenen), y la manipulación (volemvotar). Y que, como estamos viendo hoy, no lleva a nada bueno para las personas ni para Cataluña. De hecho, quien no entendió nada fue Jordi Pujol, que sacó el discurso de Juan Pablo II fuera de contexto, dejó de leer los discursos posteriores que aclaraban la desaprobación del gran santo del nacionalismo, y se encerró en su ideología hasta conducirla al separatismo y hundirnos en la runia, el odio y el desprestigio por varias generaciones.

Hoy Juan Pablo II es santo, Jordi Pujol es corrupto. Cada quien se presentará con su patrimonio en el Juicio Final.

Gràcies Joan Pau II pel vostre exemple de valentia, fermesa i tendresa a tots els catòlics. ¡Feliz cumpleaños! Totus Tuus.

Dolça i ridiculitzada (pel nacionalisme) Catalunya…

Categories: Alma, Huid del nacionalismo

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