El viernes que nos cambió la vida

Avui Déu mor per donar-nos la vida.

¡Tribulacions! Si sapiguéssem lo que valen i de quina mà ens vénen, diríem sempre, al fer-ne esment, ‘que Déu nos ne do’, com diuen encara sempre que parlen del pa los bons pagesos de nostra terra, i sempre hi guanyaríem, puix, si la collita del blat amb què el pastam s’esguerra més de quatre parells de vegades, la collita de les penes no s’esguerra mai en los camps d’aquest miserable desterro, a on Déu sempre dóna a l’home amb més abundor lo que li és més útil i necessari. Mes, ¡ai! l’home no les coneix, perquè no les mira per la banda del cel, i, veient-les al revés, les aguaita de mal ull, les menysprea i rebutja, rebutjant amb elles lo pesant d’or amb què podrà comprar lo celestial hereuatge”.

Así introducía el mejor poeta catalán sus Flors del Calvari publicadas en 1895. Hoy nos cuelan como literatura los truños de Monzó, Porcel o Sánchez Piñol, pero solo son folletos del Carrefour al lado de los versos de Verdaguer, que se hunden en el alma como los rayos de sol en las nubes, y nos revelan el sentido del Viernes Santo mejor que cien homilías. Especialmente en estos momentos de sufrimiento bajo la plaga:

És lo bon Jesús
l’amor que més aima;
de tant estimar
sa vida s’acaba.
Vol fer-me un llegat,
no sap de què el faça;
no tenint res més,
la creu me regala.
¡Quin present tan ric!;
¡quina dolça càrrega!

Lo dia primer
ja l’arrossegava;
lo dia segon
la duia a l’espatlla;
lo dia tercer
la duia abraçada.

(…)

Oh creu, dolça creu,
si fosses de plata,
si fosses d’or fi
no em fores més cara.
Oh, creu, dolça creu,
de Jesús aimada,
puix sobre el meu cor
te tornes un arpa,
voldria morir
tenint-te abraçada.

Brollau-ne, cançons,
sortiu-ne, corrandes,
com aucells del niu
tot batent les ales,
al pobre exilat
parlau de la Pàtria.

(Mn Jacinto Verdaguer)

Este año no tenemos procesiones, no sale el dolor a la calle, no tenim el nostre Crist de Lepanto al pòrtic de la catedral de Barcelona, y quien puede se reúne en misas semiclandestinas que pueden ser interrumpidas y multadas ilegalmente si se le antoja al gorraplato de turno. Pero Dios muere igual por nosotros, y nuestros hogares y calles están llenos de angustia por un microorganismo que ha puesto de rodillas a nuestra burguesa y soberbia civilización. Som ben poqueta cosa.

Acompañemos hoy al Señor, que nos va a abrir las puertas de la Patria.

Dolça i apenada Catalunya…



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5 comentarios

  1. TASUGUITO:
    Suscribo tu comentario punto por punto.

    Haáaala:
    Respeto tus ideas sobre la existencia de DIOS, pero no las comparto:
    Jesús dijo que vendrían tiempos muy difíciles, de guerras, catástrofes naturales, enfermedades, etc., y que habría una apostasía general, y sólo los que sean fieles a su fe en DIOS se salvarán.
    Un saludo cordial desde Vigo.

  2. No hay nada como ser ateo, el ateo se quita un gran peso de encima. Pero deja de tener una Felicidad enorme, cuando te agarras a algo que no es mundano y deja que tu conciencia se relaje ante lo que ya a veces no tiene remedio y te ayuda a parirlo mejor. Si hay recuperación , la satisfacción es inmensa. Y como dijo San Ignacio,» el ateo es ateo , porque su mente es incapaz de creer.»
    P.D- Con la encarcelación por el virus asesino, se me hna reafirmado dos conceptos: ateísmo y Komunismo : son dos conceptos llevados de la mano, ademas no responden a razón de ninguna clase, en sí son dos conceptos de maldad y nada de bondad.

  3. Que sí, que esa poesía es mucho mejor y más auténtica, pero paso de los dioses que nos han conducido hasta aquí. Y si no, ¿para qué están? ¿para qué los necesitamos? ¿qué nos aportan que no nos aportemos nosotros mismos? Las catástrofes están ahí, el coronavirus está ahí, las muertes están ahí, los políticos nefastos están ahí, ¿para qué queremos un Dios que no soluciona nada y al que sólo podemos implorar y no nos hace ni pvto caso? Al que el concepto de Dios hombre le ayude a sobrellevar esta vida, me alegro por él, no me opongo, sencillamente no soy de la misma opinión.

    • Blaise Pascal, polímata francés, razonó que era mejor creer en Dios, y lo hizo a través de la apuesta de Pascal, que puede resumirse en la siguiente frase: “Si Dios no existe, uno no pierde nada al creer en él, mientras que si existe, uno pierde todo por no creer”. Yo ahí lo dejo.

  4. La Pasión de Cristo en el Paramount Chanel hoy Viernes Santo a las 22.08:

    https://www.abc.es/play/pelicula/la-pasion-de-cristo-16750/

    S2 dolços

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