Mainat ens canta que el prusés només ha estat «un assaig improvisat», i que quan arribi Catadisney «serem lliures y feliços».

Josep Maria Mainat Castells empezó con La Trinca cantando pasodobles y sevillanas (las de “la probeta”, ¿recuerdan?). Montó la productora audiovisual Gestmusic-Endemol, uno de los principales proveedores de caspa y contenidos de las televisiones españolas, muchos de ellos de elevadísimo nivel intelectual como Crónicas Marcianas, Gran Hermano u Operación Triunfo. Gracias a la proyección que le dio el mercado español es multimillonario en euros, una de las personas que más dinero ha hecho en el mundo audiovisual español.

A sus 70 años Mainat vive obsesionado con dos temas: la juventud eterna (té un pànic ridícul a fer-se gran) y el separatismo. En su casoplón de Barcelona, en Horta, cuelga una cubana; sus vecinos tenen la senyera de tots. El professor Sergi Doria definia molt bé fa un mes el paper d’en Mainat: un «nuevo rico» que representa la «victimización de los aprovechados».

En Mainat és bon exemple de com la ideologia nacionalista serveix per omplir la vida d’antics hippies que ara, quan ja no són ningú,  veuen com els seus darrers anys en aquest món els tenen plens de diners però buits de sentit. Por eso el pobre Mainat sigue aferrado a su papel de graciosito, esta vez al servicio del Règim que da un propósito a su vida. L’hem vist proposar directament que els catalans fem un “tancament de caixes” i no paguem “ni un sol impost més cap l´estat espanyol“, i donar suport a que “enfonsem la bolsa en 1 setmana” i que es fes “una huelga general en Cataluña y que la economía española se hunda para pagar sus deudas. Inestabilidad hasta alcanzar la independencia“. 

Mainat fue otro de los que timó a las pobres turbas lazis, asegurándoles que “evidentemente, nos podemos independizar de España (sic) a la brava” ; por eso se apuntó a la naciona-llista de las «plebiscitàries» por Barcelona, potser somiant en convertir-se en conseller de Cultura de Catadisney, o continuar forrant-se fent de bufó oficial del Règim. Pobre hombre, qué difícil es envejecer.

La última la hizo el pasado 6 de julio en el Canet Rock, un aplec nacionalista donde tocan la flor y nata de los grupos subvencionados catalanes, desde la casposa Elèctrica Dharma fins els tractorians d’Els Pets. Gent que viu de nosaltres, vaja. Mainat, en un alarde de creatividad e innovación, salió a cantar una paupérrima versión de I will survive, cambiando el estribillo por «Hi tornarem». Esta era la simplona letra de Mainat:

«Creen que no lo volveremos a hacer. Lo volveremos a hacer, que todo esto solo ha sido como un ensayo improvisado. Se han quedado asustados al ver que los tenemos cuadrados. No se podían ni imaginar el follón que podemos montar. Lo volveremos a hacer tantas veces como haga falta, hasta que lo consigamos. (…) Y la próxima vez lo haremos bien (…) Y seremos libres, y felices, y amos de nuestro destino«.

Fabuloso el nivel del Canet Rock, escolti. O sigui que al final eso de que «nos podemos independizar a la brava» era mentida, oi Mainat? Resulta que todo fue un «ensayo improvisado», mal hecho. Pero que debemos seguir esperando el advenimiento de Catadisney, donde «seremos felices» para siempre.

Así son muchos de los que empujan el prusés: gentecilla que nos promete el paraíso, timadores por un segundo de gloria, viejos con una vida que termina sin sentido, multimillonarios gracias a que los catalanes siempre hemos sido españoles, irresponsables y pocasoltes a quienes importa un bledo arruinar a los catalanes normales, porque ellos tienen su futuro y el de varias de sus generaciones asegurado. 

Que n´és de difícil envellir amb generositat i dignitat, oi Josep Maria?

Dolça i casposa Catalunya…

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