Los textos del genial obispo de Vich que oculta el nacionalismo.

Torras, a l’esquerra, amb els fatxes

Mossèn Josep Armengou (1910-1976) -mossèn Cametes, “piernitas”, así le llamaban por ser bajito- era un cura tronado de Berga. Durante la guerra se pasó a la España franquista, se ordenó en Logroño y sirvió como capellán castrense. Un tiempo después se hizo nacionalista y adorador de lanació. En su pueblo fue vicario, maestro de capilla y organista. Se cargó la procesión de Corpus y en 1955 escribió el libro Justificació de Catalunya, un “un clàssic de la ideologia del nacionalisme català” según el nacionalista Robert Surroca. El libro se difundió clandestinamente entre el clero nacionalista y otros exaltados hasta que se editó -Armengou fijó la versión definitiva en 1975- en 1979 y se reeditó en 1996 prologado por Jordi Pujol, y financiado (cómo no) por la Generalitat y el ayuntamiento de Berga. Junqueras (ERC) y Botran (CUP) prologarían después otro de sus panfletos de grillado. Por eso no nos equivocamos al decir que Armengou es el ideólogo que más ha influido en el nacionalismo pujolista que hoy padecemos.

Mossèn Cametes estaba obsesionado con encontrar fetsdiferencials, y los hallaba incluso en catolicisme català:

«No caiguem, però , en l’error hispànic de confondre el cristianisme amb l’essència de la nostra nacionalitat. La frase atribuïda al bisbe Torras i Bages, ‘Catalunya serà cristiana o no serà’, no expressa gran cosa més que un desig ben legítim en un bisbe. Donar-li un sentit més ample que arribés a identificar l’essència de la nostra nacionalitat amb el cristianisme seria caure de ple en l’heretgia hispànica» (Armengou: Justificació de Catalunya, p.100)

Bueno, pues veamos si ese pensamiento de Torras y Bages era solo «un deseo» -com diu el catalibà de Berga- o identificaba de veras el cristianismo con la esencia «la nostra nacionalitat».

El 1911 el bisbe de Vich, Josep Torras i Bages, va escriure una carta pastoral (Dios y el César) motivada pel conflicte hispano-vaticà promogut pel ministeri Canalejas, que volia suspendre relacions amb el Papa Sant Pius X. Es su pastoral más famosa, causó profunda impresión en España y en Roma, y el mismo papa envió al obispo una nota de laudatoria de agradecimiento. En Torras va escriure la pastoral en espanyol (¿Pero no estaba prohibido? ¿Pero no que los catalanes no lo hablábamos?), y después el emocionado clero diocesano la tradujo al catalán en homenaje al obispo.

L’objectiu d’en Torras i Bages era definir les relacions entre el poder temporal i espiritual. Hoy, cuando el laicismo y el islamismo tratan de alterar los principios políticos que han regido la civilización europea durante siglos, vale la pena recordar la visión de Torras:

«Al hablar de Cesarismo no nos referimos a esta o aquella forma de gobierno, sino a todas, cuando quieren invadir el terreno de la vida religiosa, prescindiendo de la autoridad autónoma que a ésta regula. (…) ahora en España vemos una parte de los hombres políticos con fervor epiléptico proclamar la autocracia, en su terreno más odioso, que es el de la esclavitud de la vida religiosa. No quiere límites en su potestad legislativa en cuanto se refiere a la vida pública de la religión, y si en el comercio, o en la industria, o en la agricultura, o en la cultura científica se solicita el concurso de los profesionales para legislar en las respectivas materias, en la religión no se quiere admitir y se rechaza el concurso de la suma autoridad religiosa (…) Convertir el Parlamento en un Santo Sínodo y que, auctoritate propria, el Gobierno de Su Majestad pretenda regularizar el culto y la vida religiosa de los ciudadanos españoles, esto no lo tolera una sociedad poseída de su propia dignidad (…) Los cristianos nunca admitirán aquel ya rancio principio del parlamentarismo moderno de que una mayoría pueda volver blanco lo negro, ni negro lo blanco, hacer justo lo injusto, e injusto lo justo. La limitación del poder es un principio esencial del cristianismo«.

Armengou, mulà lazi

Pero a lo que íbamos. Miri què diu en Torras sobre el cristianisme i Espanya:

«Es el Catolicismo un elemento intrínseco y esencial en la constitución real y legal de la sociedad española; es el fundamento más hondo de nuestra nacionalidad, y el eje sobre el que gira nuestra legislación y toda nuestra vida social (…) El Catolicismo no es cuestión de forma, sino de fondo; pertenece al alma de la nación, y el alma no se separa hasta la muerte. (…) 

Si existe en España una ley nacional que abarque todo su territorio, que comprenda todas sus regiones, que se extienda a todas las clases sociales, que viva en todas las familias, una ley orgánica de la vida doméstica y pública, es indudablemente el Catolicismo, que constituye, de consiguiente, el vínculo más eficaz de la unidad nacional.

Por eso los enemigos del Catolicismo, que quisieran expelerlo de nuestra íntima constitución, van casi siempre denigrando la patria, suponiéndola la más infeliz de las naciones, y a nuestra historia una historia de ignominia; atribuyendo ellos todos los males a la Iglesia; ¡como si la Iglesia no fuera la madre de todas las naciones de Europa y América; y como si España no ocupase un lugar eminente entre las pocas naciones que, en distintas épocas, han acaudillado el movimiento internacional de la civilización cosmopolita, y como si su espíritu y su lengua no fueran aún hoy predominantes en gran parte de los pueblos del mundo civilizado!

Pero con dolor vemos hoy reproducida la lamentable escena y el suicida grito de las postrimerías de Bizancio: ‘¡Antes el turbante que la tiara!’. Para algunos, lo que en España hace falta es la impiedad, de manera que con ella se han de curar los males de nuestra patria. (…) 

Que Dios ilumine al Gobierno de Su Majestad, y que España continúe siendo, aun legalmente, una nación católica, ya que, al dejar de serlo, resultaría una nación descalificada; pues dejaría de ser hija de sus padres, que crearon nuestras leyes, principios, sentimientos y costumbres, al maternal calor de la Iglesia católica, apostólica y romana.

Vich, 19 de marzo, fiesta del Patriarca San José, de 1911″.

Escolti, però això ho escriu en Francu o el bisbe de Vich?

Completemos el texto con otro anterior de 1906, titulado Los excesos del Estado:

«En nuestro país la Iglesia es anterior al Estado, y hasta podemos decir que el Estado nació de la Iglesia, pues la España actual, la España nación independiente, la que surge de las ruinas del Imperio romano y de nuevo en la Reconquista, fue engendrada por la Iglesia y después fue por ella misma nutrida y educada, hasta que llegó a ser uno de los pueblos que han dejado huella más profunda en la historia de la civilización cristiana y madre fecunda de pueblos en las distintas partes de la tierra».

Escolti, això no era d’en Menéndez Pelayo? ¿De verdad lo ha escrito el amigo de Prat de la Riba y participante en las Bases de Manresa?

Resumamos: Torras y Bages, obispo de Vich, dice que España surge tras Roma. Y que resurge en la Reconquista. Y que fue formada por la Iglesia. Y que el catolicismo es su «elemento esencial». I que és lo que ens uneix a tots més fortament. Y que España es «nuestra nacionalidad», la de los catalanes de Vich (que ell escrivia així amb ‘h’, per a escàndol dels lazis).

O sea, que Armengou, padre de Pujol (CiU), Junqueras (ERC) y Botran (CUP) se inventa lo que dice Torras y Bages.

I que en Torras i Bages es un miserable nacionalcatòlic. Un fatxa més.

Dolça i torrasibagesiana Catalunya…

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