El problema es que algunos políticos creen que todo funciona a base de los cambalaches en los que se han acostumbrado a vivir.

En este PSOE volcado en su campaña en favor del indulto a los golpistas que amenazaron nuestras vidas y libertades, la ministra Carmen Calvo se ha apuntado a este intento de preparar a la opinión pública para la que, si no lo evita nadie, será una nueva traición en su historia, afirmando que «no sería lógico alargar la prisión preventiva a los presos del prusés«.

¿Y en qué se basa la ministra aparte de en pagar el precio para gobernar España con los votos de quienes quieren destruirla?

Lo más probable es que en nada más, dada su proverbial ignorancia.

Pero aquí no desesperamos y le ofrecemos una sencilla lección. Es un obsequio del profesor de derecho José María de Pablos, quien ya en otras ocasiones nos ha mostrado con claridad y sosiego lo que es la ley y su cumplimiento, tan alejada de los chanchullos y corruptelas que son el pan de cada día de tantos políticos.

Léanlo y juzguen ustedes mismos:

«No debería preocuparse por esto nuestra Vicepresidenta del Gobierno: la Ley de Enjuiciamiento Criminal ya establece cuándo se debe alargar, y por cuánto tiempo, la prisión provisional. Basta con cumplir la ley.

El art. 504 LECRIM se preocupa, como Carmen Calvo, por la duración de la prisión provisional.

Lo primero que dice ese artículo es lo obvio en un Estado de Derecho: la prisión provisional solo durará lo necesario para cumplir el fin por el que se acordó. Ni un día más.

En el caso de los presos del procés, se acordó su prisión con la finalidad de evitar el riesgo de fuga, que es causa de prisión según el art. 503.1.1º.a) LECRIM.

Y basta mirar al resultado de las últimas euroórdenes giradas a Bélgica para reconocer que el TS acierta cuando ve riesgo de fuga en estos procesados… si usted fuese Junqueras y acordaran mañana su libertad, ¿acudiría al juicio o alquilaría un chalet en Waterloo? Pues eso.

Por tanto, mientras subsista el riesgo de fuga, el mantenimiento de la prisión provisional cumple con el primer apartado del art. 504 LECRIM.

Pero, para tranquilidad de Carmen Calvo -y de los que, como ella, somos garantistas- el art. 504 LECRIM fija un límite temporal máximo para la prisión provisional.

En concreto, si la prisión se acordó por riesgo de fuga, el límite máximo de prisión provisional será:

• de un año, si el delito imputado tiene una pena inferior a tres años.
• de dos años, si el delito tiene prevista una pena superior a tres años.

Además, si es imposible celebrar el juicio antes, se podrá prorrogar la prisión (una sola vez) por dos años más (seis meses si la pena es inferior a tres años).

Los delitos de rebelión, sedición y malversación imputados en el procés conllevan penas superiores a los tres años, luego el límite máximo de su prisión provisional es de dos años, prorrogables por otros dos.

Por tanto, mientras subsista el riesgo de fuga, y hasta que transcurran dos años -prorrogables por otros dos-, la ley (y no el capricho de ningún juez) prevé que los presos del procés permanezcan en prisión provisional,

No se trata de lo que a una política le parece más o menos lógico. Se trata de aplicar la ley.»

Ya sabemos que a Carmen Calvo y a este PSOE lo único que le importa es su apetito voraz por el poder, pero quienes sufrimos las amenazas y el amedrentamiento de los golpistas que querían hacernos extranjeros en nuestra propia tierra y robarnos nuestra identidad, necesitamos sentirnos protegidos por la Ley.

Y nunca perdonaremos a los políticos cómplices de los golpistas que nos hicieron sufrir tanto.

Dolça i ben tipa Catalunya…

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