«¿Dónde estabas cuando nos acosaban en los hoteles de Calella?», preguntan sus excompañeros.

El juez del Juzgado de Instrucción nº3 de Cornellá emitió ayer un auto en el que expone que existen «indicios racionales de criminalidad» en la cúpula de los Mozos de Escuadra por delito de sedición. El motivo es que las «pautas de actuación» que elaboraron para el buti2 estuvieron «directamente encaminadas a no impedir la votación y sí impedir que un agente del cuerpo pudiera intentar dar cumplimiento a las exigencia del juez« de evitar el referéndum ilegal.

Entre els 8 kapos encausats hi ha en Francisco Javier Gámez Martín, comissari de la Prefectura de Policia i mà dreta d´en Traperu.

Hola sóc en Gámes, vaig jurar lleialtat a Espanya a la Guàrdia Civil però als Mossos em paguen molt rebé

Gámez es «Javi» para sus antiguos compañeros de la Guardia Civil. Personas que compartieron promoción de suboficial y oficial hablan de él como «un excelente guardia civil»: «Eramos 87 en el curso que hicimos en la academia de oficiales de San Lorenzo del Escorial y él siempre estuvo entre los mejores», aseguran un antiguo alumno que continúa en el cuerpo.

Nacido en Granada en 1971, es hijo de un miembro de la Benemérita, un «polilla» que completó su formación en el Colegio de Guardias Jóvenes «Duque de Ahumada» de Valdemoro, centro en el que ingresan muy jóvenes, algunos sin alcanzar la mayoría de edad. Gámez formó parte de la Asociación Polilla de Gerona, que agrupa a antiguos alumnos de colegios de la Guardia Civil.

Tras Valdemoro, Gámez fue sargento de Policía Judicial en la provincia de Albacete entre 2003 y 2005. Más tarde fue destinado a Cataluña como alférez de la Guardia Civil, también en Policía Judicial, y allí echó raíces. En concreto, en Gerona. El problema vino cuando ascendió a teniente de la Guardia Civil y se iba a ver obligado a tener que abandonar Cataluña camino de otro destino. En ese momento le surgió la oportunidad de pasar a los Mossos y no lo dudó por cuestiones personales.

En 2008 fue premiado con una orla de los «polillas» y un año más tarde recibió el título de «socio de mérito» y el emblema de oro de la organización. Acudió con su mujer y sus hijos a recoger el galardón que le dieron sus antiguos compañeros.

«Javi es un policía súper preparado, de hecho ha sido número uno en sus promociones de ascenso. Yo le definiría como un excelente profesional», afirma un oficial de la Guardia Civil que según «La Información» ha seguido felicitándose las Navidades con Gámez durante todos los años. Tras abandonar la Guardia Civil siguió siendo socio de la Unión de Oficiales, la asociación que defiende los intereses que los mandos de la Benemérita y que exigió a la Dirección General de la Guardia Civil que retirara las medallas concedidas a Trapero.

Pero algo cambió en Gámez durante los últimos años. En los mozos empezó a hacerse llamar sólo «Francesc Xavier», com si Francisco Javier no fos el nom de milers de catalans. Intimó con Trapero hasta llegar a ser su numero 2. En febrero de 2017, en pleno prusés, lo ascendió a comisario. Siguió a su lado tras los cambios de mayo 2017. No sabemos si aprendió a cocinar paellas para la Rahola. Diuen que «siempre cumple órdenes».  Tan bien las cumplió que, según el juez, participó en la elaboración de las «pautas de actuación« encaminadas a permitir el ilegal butifarréndum de secesión y desobedecer las órdenes judiciales.

Ferran López, l´actual jefe dels mossos, identificà en Gàmes el pasado jueves 23 de marzo como uno de los 8 responsables de tomar el pelo a los jueces.

Ante el estupor general, el ministro Zoido condecoró a Gámez el pasado 3 de octubre de 2017, sólo dos días después del referéndum ilegal de secesión, con la Medalla al Mérito Policial con Distintivo blanco, que premia «un alto sentido del patriotismo«. Dos dies abans, els seus companys guardiacivils havien fet la feina que Gámez no quiso que los mozos hicieran, desobedeciendo la orden judicial.

Se preguntaban en octubre los guardiaciviles  «dónde estaba Gámez el día 1 y donde seguía ayer cuando guardias civiles y policias nacionales eran expulsados de sus hoteles de concentración en Calella, acosados por una masa de violentos que los insultaban y amenazaban, y donde los propios agentes tuvieron que ejercer labores de autoprotección para impedir agresiones hasta llegar a sus vehículos. Dónde estaba cuando fueron acosados cuarteles de la Guardia Civil por cientos de individuos cargados de odio, y dónde estaba cuando mozos de escuadra insultaban y se reían de los compañeros de Policia Nacional al llegar a un hotel de Pineda.»

Au Gàmes, ara podràs jugar als nacionalistes a l´Audiéncia Nacional. I potser recordaràs el jurament de lleialtat a Espanya que els diners i l´orgull t´han fet oblidar.

Dolça i  deshonrada Catalunya…

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