Así se honra a la Madre de Dios en la isla más pequeña del Mediterráneo español.
Decía san Juan Pablo II, impresionado por lo que vio en sus visitas a nuestra patria, que España es la tierra de María. No hay pueblo, cerro y familia donde no se oiga ese nombre alegre y fresco, donde no se ame a nuestra madre del Cielo con ternura y se la invoque con cariño. Sin María, sin el amor a esta mujer y su presencia en calles, nombres de pila, plazas y collados, no se entiende nuestra historia y nuestra vida cotidiana. Fins i tot a les nostres Forcadells i Karmeles, avui adoradores de lanació, els hi van posar el nom més comú a Espanya pensant en la Mare de Déu, el seu exemple i la seva protecció.
La historia nos cuenta que la Virgen se apareció a Simón Stock, un anglès que era general dels carmelitans, i li lliurà un escapulari tot anunciant-li que “el que portés aquell escapulari no patiria el foc etern de l’infern.” Amb el temps la devoció per l’escapulari s’incrementà. S’originaren tot un seguit de festes populars, festes majors i aplecs dedicats a la Mare de Déu que han perdurat fins avui. Diuen que l´escapulari del Carme va salvar un vaixell anglès que es trobava a la deriva enmig d’un ferotge huracà. Un dels mariners va sortir a resar, va arrancar-se l’escapulari i el va llençar al mar. Immediatament la tempesta es va aturar i l’última onada va retornar l’escapulari al mariner. Aquest fet va contribuir a consolidar el patronatge de la Mare de Déu del Carme entre els mariners i navegants, que a partir d’aleshores anomenaren Stella Maris. La Mare de Déu del Carme és també la patrona de la nostra Armada.
Són nombroses les localitats espanyoles que ahir va celebrar festes a la Verge per tal de demanar-li protecció davant dels perills de la mar. Así sucedió en Formentera, la isla española habitada más pequeña del Mediterráneo. Después de la misa y la salve marienera, una procesión recorrió el puerto de la Sabina, celebrando a la Virgen con barretinas, flautines y tamboriles.
Allí estaban las autoridades, los navegantes, el pueblo sencillo, y hasta las simpáticas hermanitas del Verbo Encarnado que sirven en un parvulario de San Francisco. La Señora subió al barco y se hizo a la mar, escoltada por decenas de lanchas, catamaranes y chalupas que, llenas de niños, silbaban alegres sus sirenas.
Y a su regreso siguió la fiesta con buñuelos, vino gratis y fiesta popular. Sentado en una silla de plástico un viejo marinero charlaba con un niño de 7 años: «¿Verdad que tu mamá te quiere mucho, Luis? Pues imagínate lo que te quiere tu mamá del Cielo, no lo olvides».
Felicitats, Carme, Carmen, Mamen, Karmeles i demés. Con retraso pero con el mismo cariño.
Dolça i mariana Catalunya…
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Permítaseme una pequeña rectificación: La isla más pequeña del mediterráneo español permanentemente habitada no es Formenterea, sino Tabarca (Alicante), con 59 habitantes fijos censados en la actualidad. No contaríamos aquí los diversos islotes con presencia de militares (Alborán, Chafarinas, etc.), pero que no constan como habitantes censados en los mismos, ni las islas privadas (Tagomago, etc…) u otras con exclusiva e intermitente presencia de fareros o científicos naturalistas (Columbretes, Cabrera, Dragonera, etc….)
Viva la patrona de los marinos y gentes del Mar!!!
Gentes de la mar ( femenino )
Enhorabuena a todas las Carmen en su festividad, y a todos los creyentes que tienen devoción a la Virgen, especialmente a la gente de la mar. Carmen es un nombre muy bonito, y muy de moda incluso en los países de lengua no española. Lo escriben tal cual, «Carmen». Algunas necesitan identificarse mucho con la tribu y el terruño, y por eso tienen que modificar tan bonito nombre, peor para ellas.