Como todo poder totalitario, el poder prusesista pervierte y distorsiona el lenguaje

Victor Klemperer escribió un importante libro titulado LTI. La lengua del Tercer Reich. Allí analizaba cómo el nazismo había manipulado, retorcido el lenguaje, un rasgo que comparte con todos los intentos de imponer una ideología totalitaria, como el gran George Orwell retratara espléndidamente en su indispensable obra 1984.

Violentando el lenguaje, el poder totalitario oculta la realidad, la maquilla, la hace digerible, al menos por parte de las masas poco atentas, camufla sus tropelías. Es, pues, el reino de la mentira, de la manipulación política. Orwell lo retrata en ese trilema que, a base de repetirlo una y otra vez, la gente acaba creyendo, incluso con entusiasmo: “La guerra es la paz, la libertad es la esclavitud, la ignorancia es la fuerza”.

El nacionalismo catalanista es también en su esencia un movimiento totalitario que quiere imponer una Cataluña nacida de las enfermizas ensoñaciones de unos pocos ideólogos. Para ello no duda en atacar con saña la Cataluña real, muy alejada de los delirios nacionalistas. Y como todo movimiento totalitario, el nacionalismo catalán también pervierte el lenguaje, creando palabras y expresiones cuyo único objetivo es ocultar la realidad, engañarnos para darle una pátina de respetabilidad a sus mentiras y violencias.

Tras el Primer Reich de Pujol y el Segundo del trilero del carre Tuset, Artur Mas, acabamos de abrir una nueva etapa, el Tercer Reich nacionalista de Puigde3%.

Y como no podía ser de otra manera, esta nueva etapa se inicia con una monumental estafa, una enorme manipulación del lenguaje, un violentar las palabras ya en su documento fundacional que nos confirma el carácter totalitario del nuevo gobierno.

Leemos en el texto del acuerdo entre la CUP y Junts pel 3% las siguientes mentiras:

• El acuerdo se ha concluido «a efectos de garantizar la estabilidad parlamentaria y fortalecer la acción de gobierno durante esta legislatura«. Mentira. El acuerdo se ha concluido porque las encuestas que manejaban les daban una importante caída en intención de voto, el acuerdo nace del miedo a que los catalanes voten, para corregir con negociaciones secretas, como confesó el trilero Mas, lo que los votos de los catalanes no les dimos. Y su objetivo tampoco es garantizar la estabilidad y menos fortalecer la acción de gobierno, inexistente desde hace años, sino pura y llanamente preparar un golpe separatista en Cataluña.
• Luego anuncia que 2 diputados de la CUP «se incorporarán a la dinámica del grupo parlamentario de Junts pel Sí, de manera estable«. ¡La de piruetas lingüísticas para no decir que 2 diputados de la CUP serán tránsfugas! Sí, tránsfugas, traidores a lo que deseaban los votantes que depositaron su confianza en ellos (si los hubieran deseado integrados de modo estable en el grupo parlamentario de Jx3% habrían votado a esa lista).
• A continuación los de la CUP entonan el mea culpa y confiesan que su actitud «puede haber puesto en riesgo el impulso y el voto mayoritario de la población y el electorado a favor del proceso hacia la independencia«. Mentira. Lo que puede haber puesto en riesgo es la liberación de Cataluña de la casta nacionalista que la oprime desde hace décadas, o la posibilidad de dejar de usar los resortes de la Generalitat para tapar la corrupción galopante de Convergencia, pero nunca un voto mayoritario que nunca existió. Antonio Baños lo confesó en un momento de sinceridad: el plebiscito lo perdieron los separatistas, no hay ningún apoyo mayoritario, ningún mandato democrático (otra manipulación para referirse a que todo lo que ellos promueven es democrático, aunque les falten los votos). Como también expresó Xavier Monge, cabeza de lista de la CUP en Barcelona en 2011, esto del prusés es el mayor fraude de la política catalana
• Luego se ponen rimbombantes y declaran que la «CUP-CC se compromete a reconstruir, a todos los efectos, la potencia discursiva y movilizadora de la etapa política que se inicia con este acuerdo, incluyendo la defensa activa de todos los agentes que lo hacen posible.» ¿Llamáis potencia discursiva al espanyaensroba, noensestimen y la promesa de Catadisney? ¿Y eso de defender a todos los agentes del prusés incluye a la famiglia Pujol?
• Para acabar, la perla estalinista. Como en tiempos de los procesos de Moscú, no basta con que te condenen, tienes que humillarte públicamente y proclamar tu maldad. Así, la CUP afirma que va a «asumir implícitamente la parte de autocrítica que le corresponde en la gestión del proceso negociado«. Ya solo falta que los envíen a un campo de reeducación, como en la Revolución Cultural maoísta, no sin antes humillarlos en público con unas orejas de burro. A algunos les quedarían que ni pintadas.

Dolça i totalitària Catalunya…

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