No confundir con el nacionalismo, please.
Es fundamental deshacer la confusión buscada por el nacionalismo, que se aprovecha de un sentimiento natural y virtuoso, degenerándolo en ideología. Gente como San Juan Pablo II, Lukacs y el profesor Kedourie lo distinguieron bien; en Cataluña los trucos del nacionalismo nos dificultan la tarea. Pero también los hobbits de la Comarca lo tienen muy claro. Así se lo explica Merry a Pippin:
«Lo mejor es amar ante todo aquello que nos corresponde amar, supongo; hay que empezar por algo, y echar raíces, y el suelo de la Comarca es profundo. Si embargo, hay cosas más profundas y más altas. Y si no fuera por ellas, y aunque no las conozca, ningún compadre podría cultivar la huerta en lo que él llama paz. A mi me alegra saber de estas cosas, un poco».
Y es que el patriotismo es un sentimiento universal de amor a aquello que nos vio crecer, es expansivo, generoso, inclusivo, y tiene que ver con cosas tan altas como el bien, la verdad y la belleza.
Que no ens enganyin. Patriotes, naturalment; nacionalistes només amb artifici.
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Totalmente de acuerdo. Ser patriota no significa menospreciar a lo ajeno ni al que viene de fuera, ni sentirse superior.