Francisco Sans y Cabot nació en Gerona en 1828, y dirigió el Museo desde 1873 hasta su muerte en 1881.
Estudió en Barcelona y París. Decoró el Teatro Real de Madrid y el Alcázar de Toledo. Nombrado director del Museo del Prado, se dedicó a la restauración del fondo pictórico. Fue académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Uno de sus cuadros más conocidos es El General Prim en la Guerra de África.
¿No nos habían dicho que «Espanya» no era cosa nuestra? Menudo timo.
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Y Santiago Rusiñol, que al final de su vida sólo pintaba temas de La Granja o Aranjuez, donde falleció. Y en homenaje a él, los jardineros del Real Sitio de Aranjuez cortaron todas las flores, que adornaron el paso de su féretro. En la historia ha habido más apoyos mutuos de los que la Generalitat quisiera, por mucho que su «Ministerio de la Verdad» se dedique a falsificar la Historia. Cuando la Corona de Aragón estaba en un tris de perder toda influencia en Italia, fueron las tropas castellanas (con la colaboración también de tropas catalanas y aragonesas) al mando de Gonzalo Fernández de Córdoba las que evitaron eso. Pedro II estuvo con Alfonso VIII y Sancho VII en Las Navas, y Ramón Berenguer IV apoyo a su cuñado Alfonso VII en la conquista de Almería en 1147. Como Alfonso VII de León apoyo a Ramón Berenguer IV cuando intentó ocupar el reino de Navarra de García Ramírez, separado de Aragón por el infausto testamento de Alfonso I el Batallador. Lo que pasa es que el nieto de El Cid (García Ramírez), le pegó un repaso a Ramón de tal calibre que al final tuvo que intervenir Alfonso VII el Emperador, haciendo paces que incluían la boda de una hija (Urraca la Asturiana) de Alfonso con García, y el mantenimiento del reino navarro. No fuera a ser que García ocupara Aragón, porque llegó a destrozar la misma Jaca. Ya sé que esto no se cuenta.
Incluso el primer discurso que Millán Astray pronunció ante los primeros legionarios comenzó así: «Legionarios catalanes, vosotros sois el fundamento de la Legión Española».
Copio:
En los dietarios de la ciudad de Barcelona, se recogía en 1492 las celebraciones «más grandes jamás vistas» con motivo de la toma de Granada, en la que participaron numerosos catalanes. En la sublevación de las Alpujarras miles de catalanes participaron en su sofoco. De ellos Don Juan de Austria dijo que eran «los súbditos más leales del Rey de España». La participación catalana fue clave en la Batalla de Lepanto o en el dominio hispano del Mediterráneo. De los 400 primeros legionarios de Millán Astray, 200 provenían de Barcelona; en 1909, Alfonso XIII pidió varias letras para el himno de España al catalán Eduardo Marquina; durante la Guerra de Melilla en 1893, en la que participaron muchos voluntarios catalanes, hubo en Cataluña fervor españolista.
vaya par le echó el señor Prim un general que habia nacido en una familia humilde