El conseller vio muchas cosas que no le gustaron; a la historieta nacionalista le aterra la historia de Cataluña.
El conseller fue al Bruch para celebrar el aniversario de la victoria contra el Francés. Es decir, la victoria de los catalanes luchando por España contra Napoleón. Eso es lo que pasó, coincida o no con el relato nacionalista.
De paseo por el pueblo, a Puig le fue cambiando la cara. Primero se encontró con los de Somatemps homenajeando al tamboriler y recordando lo que de verdad pasó allí hace 200 años con banderas catalanas y españolas.
Después vio el estandarte que se conserva en una de las casas del pueblo, elaborado para celebrar el 1er centenario de la batalla (1908). El estandarte está escrito en catalán y en su flanco derecho tiene dibujada la bandera española. Más adelante se encontró con una bandera en la representación del «Somatent de Sampedor»… y no era una cubana. Por último, una placa en el cementerio recuerda con una bandera española a los paisanos que murieron en la batalla.
El nacionalisme és una ideologia artificial, però la història és la història. És intolerable que els catalans del segle XIX no fossin nacionalistes. És incomprensible que només ara ens adonem que el paradís català es diu «nacionalisme». Quin dia més dur, oi senyor Puig?
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Para redondear el día a Felip Puig, alguien le habría tenido que recordar que la estatua del Timbaler del Bruc la inauguró Franco…..
Muy bien. Clarificar la historia, desmontar mitos, denunciar sus mentiras. ¡Y no consentir que se arroguen la representatividad de Catalunya. No hay problema catalán. Hay un problema de nacionalismo. EL NACIONALISMO ES CONFLICTO.
Yo estuve en el Bruch y me quedé muy sorprendido del discurso del alcade. Por un momento pensé que estábamos en el preludio de la guerra civil española. Muy mal rollo. La estatua del tamboriller lucía una bandera secesionista. No me parece bien, porque es apropiarse de un símbolo que no es de nadie y es de todos. Si quieren sacar partido, mejor se limiten a la fiesta y dejen la política aparte. Porque, ya está bien, todas las fiestas se estan politizando. Pienso volver porque vale la pena el esfuerzo que hace todo el pueblo por ofrecernos una celebración lúdica y creativa de la Historia. Que, sinceramente, para nosotros, ciudadanos del siglo XXI, no es más que historia.
¿La bandera separatista en el Timbaler? ¡¡Intolerable!! Hay que reconocerles su osadía y su falta de escrúpulos.
pagaria lo que fuera solo por verle la cara de cemento a ese sujeto
La verdad histórica siempre pone en ridículo a quienes la falsean. Ese sujeto, el tal Forcadell, ¿acaso cree que negar mil veces que dos y dos son cuatro acabará por significar que son cinco? ¡Valiente insensato!