Puro sentido común del profesor argentino de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz (Roma).
Parece que mossèn Joan Costa y el resto de capellanes del Front Nacionalista no han entendido bien el pensamiento de la Iglesia.
«El nacionalismo absolutiza una región parcial de nuestro ser, el hecho de ser miembros de una comunidad nacional, hasta transformar la nación en un fin en sí mismo. (…) No se trata de un sentido de justicia que nos hace amar a la patria, sino de un sentimiento de devoción total por el cual la nación se convierte en un fin absoluto. (…) Es la afirmación de la autonomía absoluta de aquella realidad relativa que es la comunidad nacional. (…)
El nacionalismo cierra los horizontes existenciales, e impide a las personas singulares y a enteras comunidades la posibilidad de enriquecerse con los dones de la comunicación interpersonal. El mundo del nacionalista se queda pequeño, pobre y oscuro, porque es un mundo cerrado«. (Mariano Fazio: Historia de las ideas contemporáneas, 2006).
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Es que resulta evidente. La filosofía de la vida cristiana es universal. Es contradictorio el nacionalismo con la universalidad de la Iglesia Católica. En otro orden de cosas, igual ocurre con el marxismo, o incluso con los movimientos de izquierda. Sus filosofías pretenden unir al proletariado frente al capital aunando esfuerzos, sin fronteras o limitaciones. Igualmente resulta incoherente movimientos de extrema izquierda, que incluso se confiesan marxistas, militen en movimientos nacionalistas.