El gran Carlos Pujol lo tenía claro.
«La romanidad, que es siempre lo contrario de cualquier nacionalismo, es grandeza, amplitud de miras y también eficiencia, noción de lo que conviene más; la combinación de estos factores ha dado unos frutos históricos sensacionales; y uno de ellos, el más próximo, es esta ciudad [Barcelona], protegida y abierta al llano que sube pausadamente hasta Collserola, cerca del mar y del monte que hay junto a la orilla , y entre dos ríos» (Carlos Pujol Jaumandreu: Barcelona y sus vidas, 2010)
Nuestras raíces, como las de toda España, son romanas, al modo como las define Carlos Pujol. El nacionalismo es contrario a la romanidad, y por tanto contrario a las raíces de Cataluña. Es una ideología inventada en el siglo XIX extraña a Cataluña.
¿Quiere usted ser catalán? Huya del nacionalismo.
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Tuve el honor de conocer a Carlos Pujol en vida. Era el que sabía de literatura en la Editorial Planeta, aunque no siempre le hiceran caso.
Un profesional magnífico y mejor persona.
Por supuesto, la cabeza la tenía en su sitio y más de uno de los que andan berreando por ahí deberían dejar el cencerro y leer un poquito antes de salir a provocar vergüenza ajena con su amarillismo teledirigido.
Nuestras raíces son romanas Y cristianas.
No lo olvide.
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Excelente entrada.