Mas aprovecha Sant Jordi para enviar a sus funcionarios propaganda separatista.

 Una carta presentando su «consulta» nacionalista como «ejercicio de derechos», y no como algo ilegal.

 Carta Artur Mas Sant Jordi

Ya se sabe que el nacionalismo es un complejo de inferioridad que busca constantemente la aprobación y las manifestaciones de aprecio de los demás. Por eso Artur Mas nos «felicita» por «mostrar de puertas afuera el espíritu y el potencial cívico de la sociedad catalana».

También aprovecha el President para agradecer a los funcionarios que soporten las «dificultades y estrecheces que continúan rodeando la actuación de las administraciones en general y de la Generalitat en particular». No esperen una palabra de disculpa por la mala gestión, la corrupción y el derroche espeluznante que nos han llevado a estas «estrecheces». La culpa nunca es de la Gene.

Y ahora viene la segunda mitad de la carta: la parte propagandística. Mas recuerda a sus funcionarios que 1714 es un año «simbólico»: la Guerra de Sucesión supuso «la supresión de nuestras instituciones, nuestras libertades y nuestros derechos como nación». En realidad, lo que sucedió fue que se estableció una nueva administración («nueva planta») más moderna; desde luego, los catalanes no fuimos esclavizados; y lo de «nación» no existía con el significado ideológico que le da el nacionalismo.

Sigamos. Para Mas, 2014 «será el año en que el pueblo catalán será llamado a las urnas para decidir democrática, pacífica y libremente su futuro colectivo». ¿Pero no nos han llamado a las urnas más de 40 veces desde la Transición precisamente para eso? ¿O eso no es democracia pacífica y libre? Mas dice que «sabremos ejercer nuestros derechos de manera ejemplar»; pero no menciona que lo que pretende es arrebatar a millones de catalanes el derecho a seguir siendo españoles. Después, el President asegura que eso se hará con «pleno respeto a las legítimas y libres opiniones de cada uno»¿Y el respeto a la ley? ¿Está la opinión por encima de la ley, señor President?

Artur Mas no actúa como presidente de Cataluña, sino sólo de la facción nacionalista. Con el dinero de todos. Ja n’hi ha prou de nacionalisme!

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Categories: Huid del nacionalismo

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11 comentarios

  1. El político que se dirige a los funcionarios a través de esta misiva exhortándolos a la independencia y la secesión, es el mismo que en junio de 2010 fue acosado por miles de indignados que protestaban por una gestión política ruinosa, hasta el punto que tuvo que acceder al Parlamento en helicóptero. Aquellas imágenes impactantes fueron difundidas repetidamente por los medioios de comunicación de todo el Estado. En estas fechas se están llevando a cabo los juicios de los detenios en aquellos momentos, con la petición de condenas de hasta 8 años de cárcel para aquellos «alborotadores» cuyo objetivo parece que fue atentar contra el President y otros políticos, en lugar de defender los derechos sociales vapuleados por estos mismos dirigentes. No han pasado ni tres años y ya nadie parece acordarse de aquel episodio, y mucho menos de esos pobres «indignados» apresados que en lugar de héroes populares, como bien podrían haber sido, se han quedado en villanos que no merecen la atención de nadie. Los medios de comunicación pasan de puntillas sobre la accion de la justicia sobre estos incautos y la gente del pueblo, el mismo al que ellos representaban, los ha olvidado completamente.
    No puedo comprender el porqué de un trato tan exageradamente injusto contra esta gente que se atrevió a protestar, precisamente, por un trato injusto. No puedo comprender que a los medios de comunicación no les interese el tema y no lo airee, incluso con más frecuencia de la necesaria como hacen otras veces, para recordar a la opinión pública el pobre político que era el Sr. Mas y compañía hace bien poco tiempo. Sacar a la palestra aquellas imágenes en estos momentos bien podría refrescar la memoria de algunos de los que se dejaron deslumbrar por la bandera de la estrella, y sería de gran ayuda para que el peso de la ley fuese proporcionado y no un desatino superlativo como parece que lleva camino de ser.

  2. Artur Mas le guste o no le guste es el máximo representante en Cataluña del Gobierno Español. Gracias a la Constitución y al Estatuto de Autonomía desarrolla este cometido. El aprovechar estos recursos que la ley y la democracia le otorgan para instaurarse en el poder, y luego pretender cambiarlo ilegalmente a su gusto es un claro acto ilegal y desleal al Estado, que nos recuerda época muy oscuras de la historia de Europa. También es grave utilizar los resortes de la autonomía para intentar adoctrinar ideológicamente a los ciudadanos, y asegurarse una fidelidad a sus objetivos políticos.

  3. He leído una de las entradas del «pacto de Génova » y la fecha de 1702, coincide con el juramento del Rey a los fueros catalanes y juramento de fidelidad al Rey por parte de las instituciones catalanas . Estos datos están confirmados en dos fuentes diferentes. De haber efectuado una mala interpretación en alguna de las partes agradeceré aclaración .

  4. El Pacto de Génova es un acuerdo entre un comerciante, que actuaba como representante y haciendo funciones de espía de la reina Ana llamado Mitford Crowe y dos señores, de los vigatans de la Comarca de Vic, Antonio Peguera y Aymerich y Domingo Perera (y lo pongo en castellano porque el Pacto se hizo y firmó en ese idioma y en inglés). ¿A quién representaban ellos? A ¡ocho! vigatans, o sea ciudadanos de la comarca de Vic y alguna adyacente. ¿Representaban a Cataluña? Los órganos representativos serían los Tres Comunes, esto es la Diputación del General, el Concejo del Ciento del ayuntamiento de Barcelona y el Brazo militar de Cataluña. Y es evidente que ninguno estaba representado allí. Ni se habían reunido, ni habían discutido ni habían acordado dicho pacto. Por tanto no sólo era ilegal, es que era un acto de rebelión contra las autoridades catalanas, no sólo contra Felipe V y contra su virrey, Velasco; también contra las medievales pero existentes instituciones catalanas. Por supuesto tampoco contando con el beneplácito de unas Cortes Generales de Cataluña, reunidas más tarde cuando el archiduque Carlos pudo desembarcar en Cataluña tras numerososos bombardeos y destrozos contra Barcelona. Lo que ocurre es que ese Pacto de Génova se ha convertido en un tótem. Las tropas inglesas se limitaron a bombardear Barcelona y luego ocuparon Menorca y Gibraltar, que era lo que de verdad les interesaba. Cataluña les importaba en lo que pudiera dañar a la monarquía francesa, en lo demás nada de nada. Como bien definió la moral política inglesa Lord Palmerston, «Ingaterra no tiene amigos permanente ni enemigos permanentes. Sólo tiene intereses permanentes». En cuanto a Carlos «ascendió» a Emperador, ni vigatans, ni Pacto de Génova, ni Cataluña. Se quedó con lo interesante para ellos, las citadas Menorca y Gibraltar, y a los demás que les fueran dando.

  5. Evidentment , la deriva soberanista ha fet que el Presidentj ja no ho sigui de Catalunya , res mes ho es de uns quand eixalabrats o/ i interessats . La majoria ja no el podem considerar el nostre President. I aixo ho tindria que considerar l’Estat español perque ens en possi un , que sigui representatiu de tot el poble catala.

  6. Si hay algo exigible a un funcionario es su neutralidad. Lo que hace el Sr. Mas es pretender convertirlo en un esbirro. Pero es que Mas no da para más, y es seguro que acabará siendo mucho menos.

  7. “la supresión de nuestras instituciones, nuestras libertades y nuestros derechos como nación”.
    Torpe y torticero, sin duda malintencionado, el uso de la palabra libertades refiriendose a una sociedad del siglo XVIII, donde,(copio textualmente del libro de Pierre Vilar, Breve historia de Cataluña)
    » en todo caso, lo que se suprimió fue lo que quedaba de un estado medieval (y en este caso el término estado es discutible). Se trataba, es cierto, de un sistema representativo; representativo de los tres estados sociales reconocidos (sin contar, evidentemente, con el elemento popular). Con todo, se piensa que la alineación monetaria y aduanera en un territorio español que los Borbones habían centrado en la Península pudo generar el temor de una desaparición total de las viejas originalidades económicas catalanas, pero se sabe que se adquirió otra originalidad por el éxito de la industrialización.»

  8. Supongo que este año celebrarán el tricentenario, de la derrota de los políticos que traicionaron el juramento de fidelidad efectuado en 1702 y del que renegaron en 1704.

    • Estimado M. González: ¿Ha observado Ud. que en estos asuntos de 1702 a 1704 no se habla apenas del papel de la Diputació del General? Y la causa es sencilla; la Diputación del General, en la inmensa mayoría de sus miembros, se negaron a abjurar del juramento que habían hecho en las Cortes de 1701-1702. Antoni de Planelles, Frances de Valls (muerto por un bombardeo austracista) eran pro felipistas. o Josep Grau lo fue por poco tiempo. Fue elegido bastante después de la muerte de Valls, y como los mandatos duraban tres años poco estuvo de Presidente. Además ello muestra, la tardanza en elección, los conflictos internos. Por otro lado tuvo la suerte de presidir en un momento de cierta ausencia de combates, lo que le permitió una presidencia pacífica y poco comprometida. Manuel Copons fue pro austracista, más por razones familiares que otra cosa, pero en 1710, cuando cesa al cumplir sus tres años, es nombrado el último, Francesc Antoni de Solanell. El 22 de julio de 1713, poco antes de finalizar su mandato, fue directamente depuesto por el jefe del Brazo militar, y ya no se permitió el nombramiento de nuevo Presidente de la Diputación. Luego son los austracistas los que acaban con la Diputación, o al menos la dejan totalmente desactivada. Como el Sitio de Barcelona comenzó el 25 de julio de 1713, es fácil deducir que esa institución tan señalada, de la que Mas se considera heredero, como Maciá o Companys, simplemente no tuvo actuación alguna en esos hechos. El edificio de la Diputación quedó vacío y los diputados se llevaron muchos documentos, que luego una instrucción, ya con Felipe V, tuvieron que devolver. El edificio se aprovechó para instalar allí la nueva Real Audiencia, cuya nueva planta (o sea nueva organización), requería mayor personal que la antigua. No es que renegaran, en muchos casos huyeron o fueron represaliados por los austracistas (de lo que no se escribirá; creo que poca gente sabe lo que le ocurrió a Solanell).

    • Creo que las fechas no son correctas. Para más información acerca del tema es interesante leer «El pacto de Génova». Este llamado pacto de Genova es tan interesante que debería de ser difundido para ir poniendo las cosas en su sitio y así contrarrestar con datos fehacientes la mitomanía y manipulación histórica tan del gusto del nacionalismo

    • El tema del Pacto de Génova es muy sencillo. El 20 de junio de 1705 se reunieron D. Antonio Peguera y D. Domingo Perera (dejo los nombres en castellano porque el original está escrito en ese idioma) con un tal Mitford Crowe, que no era ningún funcionario inglés, sino un comerciante que hacía labores de informante para Su Graciosa Majestad, la reina Ana de Inglaterra. D. Antonio y D. Domingo representaban a ¡ocho! terratenientes y nobleza rural de la comarca de Vic (de ahí su nombre de vigatans, su gentilicio). A cambio de que en un futuro el archiduque D. Carlos sería rey de España (así lo dice el Tratado) que estaba usurpando aquel que había sido nombrado como rey de España en su testamento por Carlos II, que era el único que podía testar sus propios reinos, como a cualquiera le es fácill de entender. El Tratado, salvo en determinados párrafos donde de forma muy grandilocuente se habla de la ¡libertad de Europa! (como sí eso les importara a los ingleses), es un calco de los pactos y órdenes de corso que emítía el reino inglés.

      Sería legítimo llamar a D. Antonio Peguera y a D. Domingo como traidores a Cataluña. Para empezar sólo representaban a 8 propietarios, pero es que además Cataluña tenía una serie de instituciones, vigentes por las Cortes de 1701-1702 y existentes en 1705, y con larga tradición, incluso medieval, que eran Los Tres Comunes, esto es la Diputación del General, el Consejo de Ciento barcelonés y el Brazo militar de Cataluña. Es fácil ver que ahí están representados los estamentos: la Diputación es un organismo real, el Consejo de Ciento uno municipal y el Brazo militar, pues está claro. Sigue siendo una representación estamental medieval, pero era lo legal. Tampoco participaron unas Cortes Generales convocadas a estos efectos. Nada de nada. Dos representantes de ocho convocantes.

      El independentismo surrealista ha convertido el Pacto de Génova en un tótem, basándose, igual que ocurre con el tan mencionado, pero no leído y absolutamente falsificado lo que se dice respecto a lo que de verdad dicen sus apenas 59 artículos «Decreto de Nueva Planta de la Real Audiencia del Principado de Cataluña», que incluso se deforma el nombre (Decreto de Nueva Planta de Cataluña e incluso una vez leí «Decreto de Real Audiencia», queriendo dar a enteder que es organismo nuevo y no el creado por Pedro IV de Aragón y III de Barcelona.

      Por lo dicho en el segundo párrafo se entiende porqué la Diputación del General ni aparece ni actúa de forma antifelipista, salvo el último, Solanell, de curiosa historia. Nombrado el 1 de agosto de 1710 por el periodo trienal correspondiente, su gestión no convencía a los austracistas, ya que mantenía una postura ambigua (seguramente le costaba romper el juramento de fidelidad de 1702 a Felipe V, como a muchos). Pues el 22 de julio de 1713, ocho días antes de acabar su mandato y tres antes del comienzo del asedio final felipista, es sustituido por el diputado militar. En contra de las normas de la propia Diputación. Nombran a Josep de Vilamala, personaje sin ninguna transcendencia. Es tal el lío de la Diputación en el periodo austracista que en realidad es que estuvo suspendida en ese periodo. Los diputados incluso se llevaron los documentos a sus casas, y luego Patiño tuvo que exigir la devolución de los mismo.

      En cuanto al brazo militar, basta señalar que el jefe de la resistencia fue el hijo de gallego y asturiana Antonio de Villaroel, nacido en Barcelona por circunstancias de destino de su padre, también militar. No olvidemos que hubo un Tercio de castellanos defendiendo a Barcelona, y que el último de los Almirantes de Castilla, Juan Tomás Enríquez de Cabrera, descendiente de Fadrique Alfonso, hermano gemelo de Enrique II de Castilla, el primer rey Trastámara, fue un decidido austracista y luego exiliado, extinguiendose rango y cargo. Eso que hubo de todo en todas partes. Muchas partes de Cataluña no fueron austracistas, como Cervera, y otras muchas fueron neutrales. En realidad el núcleo austracista era Barcelona y la Plana de Vic. Y formado por los burgueses que temían que se permitiera el comercio con Francia (perdiendo sus ventajas arancelarias; es curioso que Felipe V no lo había autorizado) y la burguesía rural y nobleza terrateniente. Por eso es el Consejo del Ciento el único organismo de los Tres Comunes plenamente austracista. Por puros intereses comerciales y medievales de la tierra.

      Pero de lo anterior nunca se habla.

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