Borraremos la historia.
Han pasado hace casi 30 años entre dos fotos, y 30 años es mucho para la “desmemoria histórica”. En su “éxodo» (de ida y vuelta) a Israel, Artur Mas nos regalaba una foto magnífica. Con todo respeto a los asesinados en el Holocausto, la iconografía de la ofrenda floral en el Museo del Holocausto no tenía pérdida. Mas con su kipá mal puesto, una corona de flores que parecía un donut (otra de las muchas marcas catalanas en crisis), con dos banderas, la española y la catalana, a modo de tiritas enormes. Mal trago debió pasar Mas sabiendo que esta foto llegaría a la Península, de una u otra forma.
Más suerte que Mas tiene Jordi Pujol, pues casi nadie se acuerda del mal trago que pasó un lejano 12 de octubre de 1984. ¡Qué tiempos! Yo era muy joven, pero aún leía La Vanguardia. Al día siguiente, el diario del llamado por algunos grupo “Jodó” sacaba noticia y foto de un Jordi Pujol haciendo una ofrenda floral al Monumento de Colón. Aunque la foto que acompañamos es antigua, se pueden ver dos cintas con la bandera española y la catalana.
¡Qué tiempos, repetimos! Cuando los nacionalistas aún no le hacían ascos a la bandera española y sabían que debían respetarla, incluso mostrarla, si quería recibir los votos de muchos catalanistas. Mal lo debe tener Mas que ha sufrido el “trágala” de la Diplomacia española. Todo para poder alardear de que ha ido a la Tierra prometida, a ver si le cae un Estado de regalo como al pueblo escogido.
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No creo que llegemos ala separacion,España y Cataluña se necesitan .Lo que hay que conseguir es que Ragoy no siga como presidente