La cosa viene de lejos. El antiguo fiscal anticorrupción, Carlos Jiménez Villarejo, ofrece «datos relevantes del pasado que deben conocerse para valorar mejor quienes eran y continúan siendo, desde el Gobierno de Cataluña, quienes impulsan un proceso tan confuso e incierto en sus medios y en sus resultados».
En su artículo, se explica con precisión que:
- El Estado español, lejos de abandonar a su suerte a un banco arruinado, acudió en su apoyo para salvaguardar los intereses de sus clientes. ¿Dónde estuvo la operación contra Cataluña? Sólo en quienes, como accionistas y administradores, poseían y controlaban la entidad.
- Tras diez años de mandato presidencial de Jordi Pujol, comienzan a aparecer signos de un aprovechamiento patrimonial de fondos públicos con un evidente abuso de poder.
- Más recientemente, han estallado otras formas de corrupción, como el ‘caso Pretoria’ y el expolio del Palau de la Música,con una evidente implicación de CDC, que están en trámite hacia el juicio oral. Y continúan tramitándose causas penales con implicación de Diputados en el Parlament de CDC, como, entre otras, las tramas de las ITV (Oriol Pujol), de la mafia rusa (Xavier Crespo) y Adigsa (Ferran Falcó).
Eso sí, cuando son perseguidos o condenados acuden presurosos al supuesto enemigo, al Estado español, para que paralice a los fiscales o se concedan generosos indultos a sus dirigentes, militantes o mossos d’esquadra condenados penalmente.
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